miércoles, 24 de septiembre de 2008

Capítulos XIII y XIV del libro de los muertos.

La entrada en el Amenti
Como un Halcón entro en el cielo. Como un Fénix las regiones del cielo recorro. Adoran los dioses a Ra, y él prepara los caminos. Ahora, en paz, penetro en la bella Amenti. Junto al estanque sagrado, heme aquí; atados tengo a sus perros. ¡Que sea abierta para mí la VÍA! ¡Pueda penetrar en ella y venir a adorar a Osiris, Señor de la Vida Eterna!
Rúbrica
Con un brazalete hecho con flores ANKHAM, colocado en la oreja derecha del difunto, ecitar este capítulo; junto a otro brazalete envuelto por un tejido color púrpura, en el cual, el día de los funerales será inscrito el nomvre del difunto, recitarlo igualmente.
En el corazón de los hombres: para poner término a los sentimientos de vergûenza
¡Oh dioses reguladores de los Ritmos sagrados, vosotros presidís el desenvolvimiento de los Misterios, que vuestros nmbres sean santificados! Escuchad mis palabaras: ''Los dioses quedan avergonzados y confusos, en verdad, cuando ven mis iniquidades; pero bajo lso golpes del dios de la Verdad y de la Justicia, que hará caer sobre mis pecados, ¡mis taras y manchas desaparecerán! ¡Destruye el mal que anida en mí, oh dios de la Verdad y de la Justicia! ¡Barre de mi corazón todo el Mal que podría separarme de tí, haz desaparecer mi Maldad y mis crímenes, para quedar en paz contigo! ¡Oh señor de las Ofrendas, trayéndote lo que te hará vivir heme aquí, al objeto de que yo también pueda vivir. Y a causa de mí, el sentimiento de verguenza que haya en tu corazón, ¡Destrúyelo por toda la Eternidad!''.

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