miércoles, 3 de septiembre de 2008

Capítulos X,XI y XII del libro de los muertos.

Encantamiento contra los enemigos
¡Apártate de mi camino, oh tú, Espíritu que devoras tu propio brazo! Pues yo soy Ra, que se levanta en el Cielo contra tus enemigos. Los ha dejado este dios poderoso entre mis manos, y ya no podrán escapárseme. Al Amo de la Corona, he aquí que traigo mi brazo como ofrenda. Yo alargo mi paso...a medida que las diosas se levantan. ¡No seré entregado a mis enemigos!, en verdad no, pues puestos en mis manos, no podrán ya escapárseme. Yo estoy sentado como Ptah; como Horus, yo estoy de pie. Como Thoth yo soy poderoso; como Tum, yo soy irresistible. Mi boca deja oír Palabras de Potencia; mis piernas me llevan en su carrera. He aquí que en busca de mis enemigos, que me serán entregados y no podrán escapárseme, recorro el Cielo.
Un encantamiento contra los enemigos
La entrada del Cielo he reforzado. Ahora hundo las puertas del Horixonte. Toda entera recorro la Tierra. Mis encantamientos se cuentan por millones. Espíritus poderosos están en mi poder. Son poderosos mi boca y mis mandíbulas. Portoda la Eternidad, en verdad, soy el señor del Duat; pero no os serán reveladas las vías de mi Ascención...
Para entrar y salir a voluntad
Oh, Ra, guardián de las Puertas misteriosas de las que una Vía hacia Keb y la Balanza que lleva en sí la Verdad y la Justicia que tu nombre sea bendito! ¡Mira! ¡A través de la Tierra, yo esfuerzo mi camino! ¡Como un niño, ojalá pueda renacera la vida!


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